Escritos reales y otras publicacioens

Poemas de Emily Dickinson

 



Soy nadie. tú, ¿quién eres?

¿Eres tú también nadie?
Ya somos dos entonces. No lo digas:
lo contarían, sabes.
Qué tristeza ser alguien,
qué público: como una rana
decir el propio nombre junio entero
para una charca admiradora.


El dolor expande el tiempo

El dolor expande el tiempo
dentro se agazapan siglos
la menuda circunferencia
de un único cerebro
El dolor contrae el tiempo
ocupadas con el golpe
eternidades enteras
son como no eran.



La percepción de un objeto cuesta

La percepción de un objeto cuesta
precisamente la pérdida del objeto
La percepción en sí es una ganancia
que responde a su precio.
El objeto absoluto es nulo
la percepción lo hace excelente
y luego reconviene a la perfección
que lo sitúa tan lejos.




Cuando cuento las semillas

Cuando cuento las semillas
sembradas alla abajo
para florecer así, lado a lado;

cuando examino a la gente
que tan bajo yace
para llegar tan alto;

cuando creo que el jardín
que no verán los mortales
siega el azar sus capullos
y sortea a esta abeja,
puedo prescindir del verano, sin queja.




Saber llevar nuestra porción de noche

Saber llevar nuestra porción de noche
o de mañana pura;
llenar nuestro vacío con desprecio,
llenarlo de ventura.

Aquí una estrella, y otra estrella lejos:
alguna se extravía.
Aquí una niebla, más allá otra niebla,
pero después el día.




Bueno es soñar, ¿despertar?, es mejor

si se despierta en la mañana.
Si despertamos a la media noche,
es mejor soñar con el alba.
Más dulce el figurado petirrojo
que nunca alegró el árbol,
que enfrentarse a la solidez de un alba
que no conduce a día alguno.



Ensueño

un libro es el mejor bajel;
y se viaja mejor en el poema
que en el más brioso y rápido corcel
Aun el más pobre puede hacerlo,
nada por ello ha de pagar:
el alma en el transporte de su sueño
se nutre sólo de silencio y paz.






Un sueño largo, largo, un ya famoso sueño

Un sueño largo, largo, un ya famoso sueño,
que señales no da de que se está acercando el día,
pues no mueve ni un párpado el durmiente:
un sueño independiente y apartado.
¿Pereza como ésta se vio nunca?
En orilla de piedra,
bajo el calor, dejar pasar los siglos
y ni una vez mirar si el mediodía llega.




Presentimiento

Presentimiento es esa larga sombra
que poco a poco avanza sobre el césped
cuando el sol sus imperios abandona...
Presentimiento es el susurro tenue
que corre entre la hierba temerosa
para decirle que la noche viene.



Morir no duele mucho

Morir no duele mucho:
nos duele más la vida.
Pero el morir es cosa diferente,
tras la puerta escondida:

La costumbre del sur, cuando los pájaros
antes que el hielo venga,
van a un clima mejor. Nosotros somos
pájaros que se quedan:

Los temblorosos junto al umbral campesino,
que la migaja buscan,
brindada avaramente, hasta que ya la nieve
piadosa hacia el hogar nos empuja las plumas.


—Emily Dickinson—




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